26 de noviembre de 2011

PRINCIPIANTES

A veces creo que lo único que puede arreglar todo el desastre de este planeta, es una gran explosión nuclear. Un destello, una nube de polvo, el sonido agudo previo al silencio absoluto, luego el resplandor cegador e inmediatamente el final. La oscuridad absoluta que llega para bendecir la tierra virgen.
La humanidad ha quedado en el olvido, y todos los rastros de su existencia se han esfumado hacia el cosmos.
El siguiente paso es la reconstrucción del caos, y uno a uno  los rayos del sol atraviesan delicadamente las partículas que han sobrevivido al impacto. Algunas gotas de lluvia progresivamente van cubriéndolo todo, bañando de vida todos los restos inertes de una civilización olvidada.
Entonces, sin más, todo comienza.
Las aves, las nubes, las hojas de los álamos que planean todos los bosques, las piedras, la brisa del verano, los mares, el cielo, las manos, la piel, el sol reflejado el los charquitos que deja la lluvia, las tazas de café, las miradas, el amor.
Los animales comienzan a aparecer, desde las cuevas y las montañas y los bosques que los álamos crearon. La tierra ofrece ese espectáculo.
Las personas. Los abrazos, las sonrisas, el tiempo que todavía nadie ha notado, las palabras que aún nadie ha inventado, el mundo avanza y no hay palabras, no hay odio ni venganza, no hay dolor ni muertes. Aún nadie lo ha inventado.
Y la tristeza. La tristeza nadie la ha inventado, pero está ahí, siempre ha estado.
Un hombre solo. Triste. Nadie lo ha inventado, pero está ahí, viendo el mundo desde su ventana. Viendo las calles y los otros hombre que no son como él. Viendo el tiempo, que pasa por la esquina, que nunca se detiene. Ve la tristeza. Ve el día y la noche.
Una vez vió un librito, se llamaba "Los Tristes", y no había nadie feliz. No lo tomó. No había nadie feliz.
La felicidad aún no ha sido inventada. El mundo puede funcionar sin ella. El mundo funciona perfectamente sin ella. Sin la vida.
A veces mira por la ventana y ve una persona real, pero ya es viejo. Pero es real, es solitario y real. Y no es feliz. Es un hombre real porque puede decir la verdad, puede amar y no preguntarse que es lo que esta mal. Puede rezar, puede soñar y despertar contento. Puede hablar con su perro y tener largas charlas. Es real, pero es viejo. Es viejo pero no importa. Porque el mundo aún ha comenzado. El mundo acaba de nacer. Y es real.
El futuro se aproxima, ya está acá.

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