8 de mayo de 2009

subte B

En el subte rojo de la lìnea B, me senté y pensé en dormitar por 6 o 7 estaciones. Un nenito blanco y chiquito se sento con su mamá al lado mío. El nenito parecia que tenía sueño, porque se rascaba los ojos a cada rato. Y yo lo miré y pense que tenía el mismo corte de pelo de mi mejor amigo Péndo, el corte de pelo que le hice una vez antes de ir a mirar una película del BAFICI que duraba 4 horas y era de chicas karatekas y nos gustó mucho. A mi me gustó ese nenito porque era re chiquito, entonces saqué un pico dulce que tenía en la mochila, y que guardaba para la tarde, y se lo dí, y el nenito se fué contento. Después pase por el supermercado y compre unas milanesitas de soja para comer cuando llegara Pen porque no me gusta comer sola. Todo eso en un viaje de subte, algo asi como una milésima de la vida de alguien, un nenito que seguramente aún no desarrolló la capacidad de memoria, por lo cual, no creo que nunca en su vida se acuerde de ese pico dulce. Y Péndo que debe estar sentadito en la computadora haciendo compilados pop para el cumple de SebaRah que en realidad es sorpresa, pero como SebaRah no lee mi blog, igual sigue siendo sorpresa. Fin.